“El infierno del odio” (Tengoku to jogoku, 1963), junto con “Perro rabioso», es una de las películas de género policíaco que dirigió uno de los mejores realizadores de la historia del cine, y personalmente, uno de mis preferidos: Akira Kurosawa (Shinagawa 1910- Seijo 1998), conocido con el sobrenombre de “el Emperador» (tenno en japonés) por su carácter despótico y perfeccionista en los rodajes.

La trama
La película arranca en el domicilio del señor Gondo (Toshiro Mifune), directivo de la compañía National Shoes, cuando tras una discusión con otros directivos de la misma empresa, anuncia que ha hipotecado todos sus bienes para hacerse con el control de la compañía.
Tras ese anuncio recibe una llamada telefónica: su hijo ha sido secuestrado y si no quiere que muera, deberá pagar treinta millones de Yenes. En ese momento, entra en el salón su hijo Jun (Toshio Egi), que se encontraba jugando en la calle con el hijo del chófer, Shinichi (Masahiko Aoki). El secuestrador ha confundido a los niños y realmente ha secuestrado al hijo del chófer. Tras darse cuenta el secuestrador de que tiene al niño equivocado, vuelve a llamar a Gondo para anunciarle que igualmente deberá pagar la cantidad de dinero exigida previamente o matará al hijo de su empleado. En este punto, Gondo se encuentra en una encrucijada: dejar que un niño sea asesinado o hacer el pago al secuestrador y perder todo lo que tiene. Después de comunicar el suceso a la policía , entra en escena el inspector Tokura (Tatsuya Nakadai) y su equipo, haciéndose cargo de la investigación policial.

Esta película es sumamente interesante y presenta diversas tramas dentro de su metraje, tales como el frío mundo empresarial y las relaciones interpersonales que se desarrollan en él, así como también el dilema moral en el que se ve inmerso un hombre que debe elegir entre la vida de un niño o su propia bancarrota, situación que no se presentaría si el niño fuese su propio hijo. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en cómo Akira Kurosawa presenta a los policías y a la investigación policial en su filme, sin hacer muchos spoilers.

El trabajo policial
Kurosawa, tanto al dirigir como al participar en la escritura del guión, decidió hacer un retrato realista y humano de los policías encargados de la investigación. Pese a que no desvela nada de su vida personal (no sabemos si están casados o tienen familia) no son súper hombres. Nos los muestra como gente corriente, que empatizan con el señor Gondo, llegando el inspector Tokura a confesarle que entendería que no pagase, pues significaría su ruina y la de su familia. Sobre la faceta humana y la implicación de los investigadores, destacar una frase que dice el inspector Tokura a sus hombres
“por el señor Gondo, iremos tras él (el secuestrador) como un perro»
Deja claro la implicación personal que va a tener para ellos dar con el culpable.

Sobre la actuación policial, se inicia en casa del señor Gondo realizando escuchas de las conversaciones telefónicas entre Gondo y el secuestrador. Esta primera fase les ayuda a sacar conclusiones deductivas de lo que oyen al otro lado de la línea e igualmente hacen una primera calificación jurídica del delito y la pena que lleva aparejada. Intentan, durante todo el metraje, que al secuestrador se le imputen todos los delitos que comete y que le sea impuesta la pena más alta, siendo en Japón en los años 60 la pena capital.
Magistrales son las escenas de los seguimientos policiales que aparecen en la película, destacando el primero de ellos en un tren; y otro de ellos al presunto secuestrador de una duración aproximada de 20 minutos en los que se retratan algunas de las complicaciones que se pueden dar en una vigilancia. Como no poder entrar en un pequeño establecimiento comercial, sin ser “mordidos» por el objetivo.

Igualmente imprescindible en la cinta es la reunión en la comisaría para informar de los resultados de las primeras gestiones realizadas para resolver el caso y dar con el secuestrador. En esta escena, el inspector Tokura junto con el jefe de la sección de investigación (Takashi Shimura) expone las distintas líneas de investigación que se han abierto, contestando cada binomio policial sobre el resultado de la gestión realizada. Aquí, se expone un tratamiento muy certero de una investigación policial:
- Comprobaciones tediosas
- Abrir distintas vías de investigación aunque muchas no darán resultados positivos
- Valorar indicios para descartar los que pueden ser pistas falsas
- Vigilancias y seguimientos (tronchas) complicadas
- Entrevistas con testigos
Estas escenas están muy alejadas de lo que muestran las películas policiales comerciales a las que estamos más acostumbrados a día de hoy. Pero, realmente, son más fieles a la realidad.

Conclusiones
Para finalizar, debo destacar algunos aspectos técnicos de la película. Fue en la primera película rodada en blanco y negro en la que se insertó un elemento a color, que luego repetirían directores como Francis Ford Coppola en “Rumble» (1983 ) y Steven Spielberg» en “La lista de Schindler» (1993). Por no hablar de planos de gran belleza de los que hacía gala Kurosawa en todos sus filmes.
En definitiva, «El infierno del odio» es una película dirigida por Akira Kurosawa que ofrece una reflexión sobre el lado oscuro del ser humano y su obsesión por el poder y el dinero. La película combina un guión sólido, una dirección magistral y unas actuaciones impecables que llevan al espectador a un viaje emocional intenso. Además, aborda temas universales como la lucha de clases, la justicia y la moralidad, lo que la convierte en una obra relevante e impactante que no deja indiferente a nadie.
Otro motivo por el cual te recomiendo ver «El infierno del odio» es porque presenta una investigación policial muy realista y fiel al trabajo que se hace día a día. Desde la obtención de pruebas hasta la resolución del caso, la película muestra con precisión y detalle todo el proceso que se lleva a cabo en una investigación criminal. Si eres fanático de las películas policíacas o simplemente estás interesado en conocer más sobre el trabajo policial, esta película definitivamente no te decepcionará. «El infierno del odio» es una obra maestra del cine que todo amante del séptimo arte debería ver al menos una vez en la vida.
Me ha encantado la claridad del artículo y lo bien explicada que esta la película.
Muy recomendable de leer. Ahora sólo me queda ver la película. Gracias