La Policía ha comenzado a implementar en sus vehículos el uso de balizas luminosas, un dispositivo diseñado para mejorar la seguridad en situaciones de emergencia en carretera. Estas balizas, de colocación rápida y gran visibilidad, reemplazan progresivamente a los tradicionales triángulos de emergencia, cuya instalación suponía un riesgo para los conductores y para los agentes que debían descender del vehículo para colocarlos.

Con esta medida, la Policía no solo moderniza sus protocolos de actuación, sino que también se anticipa a la normativa que, a partir de 2026, hará obligatorio el uso de balizas en lugar de triángulos en todos los vehículos que circulen por España. La decisión responde a una necesidad clara: reducir accidentes secundarios y proteger a las personas en situaciones de avería, accidente o control de tráfico.

Ventajas de las balizas luminosas en carretera

Las balizas luminosas presentan múltiples beneficios frente a los sistemas tradicionales de señalización. Entre ellos destacan:

  • Mayor rapidez de uso: se colocan directamente sobre el techo del vehículo con un sistema magnético, evitando que los agentes o conductores se expongan en la calzada.
  • Alta visibilidad: emiten una luz intermitente que puede percibirse a más de un kilómetro de distancia, incluso en condiciones de niebla, lluvia intensa o de noche.
  • Reducción del riesgo de atropellos: al no ser necesario caminar hasta 50 metros para colocar el triángulo, se elimina uno de los momentos de mayor peligro en carretera.
  • Versatilidad en emergencias: además de señalizar accidentes y averías, las balizas se utilizan en controles policiales, cortes de carretera y dispositivos de seguridad ciudadana.

Un paso adelante en la modernización policial

La incorporación de las balizas se enmarca en un proceso más amplio de modernización de los recursos policiales. Estas herramientas permiten a los agentes actuar con mayor rapidez y eficacia, reforzando la seguridad tanto de los ciudadanos como de los propios efectivos.

El objetivo principal es reducir los riesgos en las intervenciones y garantizar que las operaciones de control o asistencia se desarrollen con la máxima seguridad. Con este nuevo equipamiento, los vehículos patrulla se adaptan a los estándares tecnológicos que ya están siendo adoptados en otros cuerpos europeos.

La normativa que entrará en vigor en 2026

El uso de balizas no es exclusivo de la Policía. A partir de enero de 2026, todos los conductores estarán obligados a sustituir los triángulos de emergencia por estos dispositivos luminosos. La medida se recoge en el Reglamento General de Circulación y responde al incremento de siniestros producidos cuando los conductores intentaban señalizar una avería en la calzada.

Con esta adaptación temprana, la Policía no solo da ejemplo, sino que también contribuye a familiarizar a la ciudadanía con un elemento que en pocos meses formará parte del equipamiento obligatorio de cualquier vehículo en circulación.

Un futuro con carreteras más seguras

En los últimos años, la seguridad en carretera se ha convertido en una prioridad para las autoridades. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha alertado en numerosas ocasiones de los riesgos que corren los conductores cuando tienen que detenerse por una avería o accidente y salir del vehículo para señalizar la incidencia con los tradicionales triángulos de emergencia.

Cada año, se registran en España decenas de atropellos en estas circunstancias, muchos de ellos con consecuencias graves o mortales. El simple hecho de caminar 50 metros por el arcén para colocar los triángulos puede convertirse en un riesgo inasumible, especialmente en autopistas o autovías con alta densidad de tráfico.

Para dar respuesta a este problema, la DGT anunció la obligatoriedad de sustituir los triángulos por balizas luminosas a partir de 2026. La Policía ha decidido adelantarse a esta normativa, incorporando ya estas luces de emergencia en sus vehículos oficiales. Con este paso, el cuerpo no solo actualiza sus protocolos, sino que además marca un precedente para el resto de la ciudadanía.

¿Qué son las balizas luminosas y cómo funcionan?

Las balizas luminosas, también conocidas como V16, son pequeños dispositivos portátiles que emiten una luz intermitente visible a más de un kilómetro de distancia. Funcionan con batería, se adhieren magnéticamente al techo del coche y se activan con solo presionar un botón.

Esto significa que, en lugar de tener que salir del vehículo y caminar por la calzada, basta con abrir la ventanilla y colocar la baliza en el techo. En cuestión de segundos, el coche queda señalizado y visible para el resto de conductores.

Su principal ventaja es que reducen al mínimo la exposición de las personas en carretera, algo que los triángulos no podían garantizar. Además, algunas versiones más avanzadas de estas balizas cuentan con conectividad GPS, lo que permite avisar de manera automática a la DGT de la incidencia y geolocalizar el vehículo averiado.

Ventajas del uso de balizas por parte de la Policía

La implantación de las balizas en los vehículos policiales ofrece múltiples beneficios:

  1. Rapidez y seguridad en la señalización: los agentes pueden activar la baliza en cuestión de segundos, sin necesidad de descender y exponerse al tráfico.
  2. Mayor visibilidad: las luces intermitentes son detectables a gran distancia, incluso de noche o con condiciones climatológicas adversas como niebla o lluvia.
  3. Prevención de accidentes secundarios: al ser vistas antes por los conductores, se reduce el riesgo de colisiones por alcance.
  4. Versatilidad en distintos operativos: además de en accidentes y averías, la Policía puede usarlas en controles de carretera, dispositivos especiales, cortes de tráfico o situaciones de emergencia ciudadana.
  5. Adaptación a la normativa futura: la Policía se sitúa como ejemplo de modernización, adoptando antes que nadie lo que en poco tiempo será obligatorio para todos los conductores.

La modernización de los recursos policiales

La incorporación de las balizas no es un hecho aislado. Forma parte de un plan más amplio de modernización de los recursos tecnológicos de la Policía. En los últimos años, los cuerpos de seguridad han apostado por la innovación en diferentes ámbitos: desde el uso de cámaras de reconocimiento automático de matrículas hasta drones para vigilancia y control.

En este contexto, las balizas luminosas no solo son un accesorio más, sino un elemento que mejora la capacidad operativa de los agentes y eleva los estándares de seguridad en carretera.

El propio Ministerio del Interior ha señalado que la reducción de los accidentes secundarios es una de las metas principales de esta medida. En palabras de expertos en seguridad vial, “cada minuto que una persona permanece desprotegida en la carretera, aumenta exponencialmente el riesgo de atropello”.

La normativa que llegará en 2026

El Reglamento General de Circulación establece que, a partir del 1 de enero de 2026, los triángulos dejarán de ser válidos como sistema de señalización obligatoria. En su lugar, todos los vehículos deberán llevar una baliza V16 conectada.

Esto significa que no solo emitirá luz, sino que también transmitirá la ubicación del vehículo a la plataforma de la DGT 3.0, un sistema que recopila información en tiempo real sobre el tráfico. Gracias a esta tecnología, los demás conductores recibirán en sus navegadores o aplicaciones de movilidad la alerta de que hay un coche detenido en la vía.

La medida busca crear un ecosistema de tráfico más inteligente, en el que los vehículos estén interconectados y la información fluya de manera inmediata, reduciendo riesgos y optimizando la seguridad vial.

Concienciación ciudadana: un reto pendiente

Aunque la Policía ya ha dado el primer paso, el reto ahora está en la concienciación de los conductores particulares. Según estudios recientes, solo un 30% de los conductores en España cuenta actualmente con una baliza V16 en su coche.

Muchos aún desconocen la futura obligatoriedad y otros dudan sobre cuál es el modelo homologado que deberán adquirir. De ahí la importancia de campañas de información y de que instituciones como la Policía o la DGT den ejemplo en su uso.

Hacia una carretera más segura

La incorporación de las balizas luminosas por parte de la Policía es mucho más que un simple cambio de herramienta. Representa un cambio cultural en la forma de entender la seguridad vial. La clave ya no está solo en sancionar las conductas de riesgo, sino en prevenir accidentes con medidas tecnológicas que protejan tanto a los ciudadanos como a los agentes que velan por su seguridad.

Se espera que, con la entrada en vigor de la normativa y la adopción masiva de las balizas, el número de atropellos en situaciones de emergencia en carretera se reduzca de forma significativa. La experiencia de otros países europeos que ya han implementado sistemas similares refuerza esta previsión positiva.

La Policía, al incorporar las balizas luminosas, no solo se adapta a la normativa futura, sino que se convierte en un referente en la protección de la vida en carretera. Con una medida aparentemente sencilla, se consigue un impacto enorme: más seguridad, menos riesgos y un paso firme hacia un futuro donde la tecnología y la prevención caminen de la mano.

La carretera seguirá siendo un espacio de riesgo, pero con decisiones como esta, ese riesgo se reduce considerablemente. Y, en materia de seguridad vial, cada avance cuenta, porque detrás de cada cifra hay vidas que proteger.