En el ámbito del Derecho Penal, es común encontrarnos con situaciones en las que una misma conducta puede ser sancionada por más de una norma o tipificación penal. En estos casos, se habla de concursos, los cuales pueden ser de dos tipos: el concurso de delitos y el concurso de normas. Aunque ambos conceptos puedan parecer similares, en realidad se refieren a situaciones distintas.
El concurso de delitos se produce cuando una misma persona comete varias acciones que pueden ser consideradas delitos. Es decir, se trata de una pluralidad de conductas que son valoradas por el ordenamiento jurídico como desvalor penal. En este caso, el juez debe determinar si se trata de un concurso real o ideal. Si se trata de un concurso real, cada delito se sancionará por separado. Si se trata de un concurso ideal, se aplicará una única pena que tendrá en cuenta la gravedad de los dos delitos cometidos.
Por otro lado, el concurso de normas se produce cuando una misma conducta puede ser sancionada por varias normas o leyes penales. En este caso, se habla de un concurso aparente de leyes penales. La clave para entender la diferencia entre el concurso de delitos y el concurso de normas es que en este último caso, sólo se puede aplicar una de las normas para sancionar la conducta, ya que de lo contrario se produciría una sanción desmedida.
En otras palabras, mientras que el concurso de delitos se refiere a la pluralidad de conductas que pueden ser sancionadas como delitos, el concurso de normas se refiere a la pluralidad de normas que pueden ser aplicadas a una misma conducta delictiva. En ambos casos, el objetivo es valorar el desvalor penal de la conducta, pero la forma en que se aborda es distinta.
Ejemplo de concurso de delitos
Un individuo comete dos delitos diferentes, como robo con violencia y tráfico de drogas. En este caso, el juez debe determinar si se trata de un concurso real o ideal. Si se aprecia un concurso real, se sancionará cada delito por separado, mientras que si se aprecia un concurso ideal, se aplicará una única pena que tenga en cuenta la gravedad de los dos delitos.
Ejemplo de concurso de normas
Un individuo comete un delito de robo en un lugar que se considera patrimonio cultural, lo que podría ser sancionado por dos normas diferentes: la normativa penal que regula los robos, y la ley de protección del patrimonio cultural. En este caso, el juez solo puede aplicar una de las normas, ya que de aplicar ambas se estaría produciendo una sanción desmedida.
Otro ejemplo de concurso de normas podría ser si una misma conducta delictiva puede ser sancionada tanto por una norma penal como por una norma administrativa o civil. En este caso, también se debe aplicar la norma que resulte más adecuada y proporcional para sancionar la conducta.
En resumen, aunque ambos conceptos puedan parecer similares, es importante tener claro que el concurso de delitos y el concurso de normas son dos situaciones distintas que deben ser abordadas de manera diferente por el juez o tribunal competente.