Una gran responsabilidad

Tener una noción básica de los primeros pasos con el arma reglamentaria es fundamental para todos los compañeros. Desde la cuenta de Instragram @agujapercutora siempre tratamos de transmitir que al manipular armas de fuego, lo más importante es la Seguridad.

Si estás preparándote para ser policía debes saber que la adquisición temprana y oportuna de hábitos de seguridad con tu arma, evitará accidentes, cualquiera sea el lugar donde tengas que manipularla.

Primeros pasos con el arma reglamentaria una vez que te la entregan

Cuando recibes la placa de policía y el arma reglamentaria se podría decir que has alcanzado por fin la meta. Ahora tienes por delante una gran responsabilidad, sobre todo porque tienes en tus manos un arma de fuego que te acompañará el resto de tu carrera profesional.

Los Policías Nacionales tienen, entre otros, los siguientes deberes (art. 9
LO 9/2015):

  • Portar y utilizar el arma en los casos y en las formas previstas en la normativa vigente.
  • Conservar y utilizar de forma adecuada el equipo, locales y demás medios materiales necesarios para el ejercicio de la función policial…”

Estos deberes son la consecuencia de tener asignada un arma de fuego como dotación individual, la cual sólo es una herramienta de trabajo más, para llevar a cabo la misión constitucional encomendada a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de “proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana” (art. 104.1 CE4.)

No cabe duda de que el manejo y porte de armas es en sí mismo una fuente de peligro, si no siguen unas elementales pautas de comportamiento. El conocimiento teórico y práctico de las armas, así como de las medidas de seguridad básicas, evitará negligencias en su manejo. Respecto a las normas básicas de seguridad con armas de fuego debemos tener en cuenta las siguientes.

Las cuatro normas de seguridad imprescindibles para evitar accidentes con armas de fuego


1. TRATAR SIEMPRE LAS ARMAS COMO SI ESTUVIERAN CARGADAS.

2. NUNCA DIRIGIR LA BOCA DEL ARMA HACIA UNA PERSONA.

3. MIENTRAS NO SE USE, MANTENER EL ARMA DESCARGADA, CON EL CERROJO ABIERTO O EL TAMBOR VOLCADO.

4. NUNCA PONER EL DEDO SOBRE LA COLA DEL DISPARADOR (Gatillo).

En principio, cuando te han entregado tu arma reglamentaria, ya tienes unas nociones básicas sobre su manejo, como limpiarla, desmontarla, montarla, etc.

También habrás hecho prácticas de tiro durante tu instrucción e incluso habrás sido adiestrado con algo de táctica en relación a los enfrentamientos armados. Pero la formación con armas de fuego y la práctica es siempre insuficiente.

En el caso de CNP te asignan tu arma cuando entras en la academia y tus practicas de tiro son con ella (algo esencial puesto que practicas con tu futura arma). En el caso de GC, MOSSOS o ERTZAINTZA te darán tu arma cuando apruebes la academia y salgas de practicas (no usas tu futura arma para tiro en la academia).

Armas de dotación dependiendo de la institución policial

El arma que te entregarán puede ya haya sido usada, aunque si eres afortunado, recibirás una nueva. Los modelos que se asignan son los siguientes:

La Policía Nacional recibirá una HK USP Compact.

Si eres Guardia Civil, una Beretta 92.

Los Mosso de Escuadra, una HK USP Compact o Walther P99.

Un miembro de la Ertzaintza, una HK USP Compact.

Si eres Policía Local, dependerá del Ayuntamiento, desde un revólver hasta una preciosa Glock 19.

Independientemente del arma que recibas, es aconsejable que sigas los siguientes pasos:

Seguridad y Limpieza

Como buen profesional que serás, ya te sabrás las normas de seguridad en el manejo del arma y deberás de cumplirlas a rajatabla. Tenlas siempre presentes.

La seguridad y la limpieza son conceptos claves a tener en cuenta dentro de los primeros pasos con el arma reglamentaria. Un buen cuidado y conservación de la misma es prioritario.

Una vez sabemos las normas de seguridad, llega el momento de desmontar el arma para limpiarla. Esto probablemente lo hayas hecho en la academia pero es posible que te asignen un arma distinta con la que hiciste las prácticas.

No pasa nada, para eso están los manuales, y sino viene con el manual, está Internet, donde tendrás acceso a gran cantidad de tutoriales. Pero no te emociones y desmontes lo que no debes, limítate al desmontaje básico para limpieza y mantenimiento.

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Para conseguir un correcto funcionamiento, sin interrupciones y con la mayor eficacia posible, es necesario mantener las armas en un buen estado de conservación.


Por ello, la limpieza periódica de las mismas es absolutamente necesaria. En las zonas marítimas o de playa el mantenimiento debe ser más exhaustivo y continuo para evitar el daño que pueda provocar la humedad ambiental.

Deja a los expertos armeros el resto de piezas que van en el armazón del arma.

Funda del arma

Ya tenemos el arma limpia y engrasada, ahora que saber que funda llevamos, cómo funciona, ventajas e inconvenientes. Otra vez Internet al rescate.

No existe la funda perfecta. Si tenemos una de nivel alto de seguridad, tendremos que realizar más movimientos para desenfundar por lo que tardaremos más, pero será más difícil que nos quiten el arma.

Si usamos una de nivel de seguridad bajo, desenfundaremos antes, pero la posibilidad de que nos la puedan quitar es mayor.

Por lo tanto hay que saber qué llevamos y entrenar para que eso no sea un problema.

Munición

Ahora toca saber qué tipo de munición nos han dado, porque no es lo mismo llevar munición con punta de plomo, encamisada o expansiva.

Cada una se comporta de forma diferente (si tiene sobre penetración, si rebota más o menos, etc.) y si sabemos como se comporta, puede que no debamos disparar en determinadas ocasiones o lugares.

Con menor periodicidad que la pistola, pero con regularidad, conviene
desmontar y limpiar los cargadores, así como verificar la adecuada tensión
del muelle.
Además, periódicamente conviene vaciar totalmente los cargadores a
fin de evitar un deterioro prematuro del mismo.
Igualmente es preciso comprobar regularmente el estado de los
cartuchos de dotación, sobre todo de aquél/los portado/s en la recámara.

Entrenamiento con el arma de fuego

Ya tenemos la parte teórica y llega el momento de entrenar con fuego real, pero… salvo que tengas la suerte de que en tus dependencias haya una galería de tiro, cosa que no es muy habitual, el poder disparar se convierte en algo casi imposible.

Así que habrá que esperar a las prácticas de tiro, pero no te hagas muchas ilusiones, lo más seguro es que sean igual de simples que las que hiciste en la academia.

¡Tranquilidad! Que no cunda el pánico.

Lo que probablemente todavía no sabes es que para ser un buen tirador no hay que disparar gran cantidad de cartuchos. Un gran tirador entrena muchísimas horas en su casa, memorizando los movimientos de desenfunde, desplazamientos, etc.

Esto es lo que debes de hacer nada más te den el arma, entrenar en seco, es decir, adquirir las habilidades de desenfunde, encare, chequeo de la zona y enfunde del arma.

Todo esto será vital para que cuando vayas al campo de tiro puedas centrarte en controlar el retroceso del arma y demás sensaciones que solo se adquieren con el fuego real.

Conclusión

Como has podido comprobar la formación en materia de armas, enfrentamiento armado, balística, etc.,  deja mucho que desear.

Muchos compañeros, bien por que no les gustan las armas, bien por pereza, o bien por que dicen que nunca pasa nada, no se forman más allá de lo que estrictamente necesario.

El hecho de que los cursos privados de tiro son caros y hay que desplazarse condicionan nuestra preparación.  

El problema de no formarse bien es que una vez tenemos que usar el arma, no hay tiempo de consultar al compañero, o al superior.

Una vez hemos disparado, si no lo hemos hecho bien, tenemos que asumir las consecuencias.

Esperamos que este artículo dedicado a los primeros pasos con el arma reglamentaria os sirva a los futuros policías.